Wednesday, January 7, 2015

Nunca Digas Que No Puedes

Ayer (6 de enero 2015) tuvimos un devocional con la asistencia del hermano Netzhualcoyotl Salinas, Setenta de Area que fue hace años Presidente de Misión en Mérida Yucatán, quien nos contó la siguiente historia que trataré de recordar:

Tenía un misionero que tenía problemas para aprender, y era muy lento para hablar en ingles, en español era todavía peor. Cada vez que tenía que decir una frase más o menos larga sufría lo indecible para poder hacerlo. De hecho, para hablarla tomaba ambas manos en frente de él, las movía de arriba a abajo,  cerraba los ojos y hacía el esfuerzo enorme para completarla.

Cada vez que lo entrevistaba, el misionero le preguntaba, ¿cuándo voy a ser compañero mayor? El presidente le contestaba, eso no es tan importante, ya llegará el día.

Cuando tenía 19 meses en la misión, sintió que debería llamarlo como compañero mayor, y así lo hizo, con todo el temor que sentía por la incapacidad del misionero. Un poco después reicibió la noticia que el misionero iba a bautizar a un investigador que había investigado la iglesia por 22 años pero nunca se había bautizado. El bautismo se efectuó, y el presidente llamó al hermano para preguntarle sus razones de bautizarse. Esto es lo que le contestó, “gracias a ese misionero que me hizo sentir la necesidad de hacerlo”.

Pero, ¿qué le dijo el misionero? “No lo se exactamente, porque tenía tanto problema para decir las cosas que nunca le entendí nada”, fue su conestación. Pero entonces, ¿qué fue lo que pasó? “Pues simplemente, que al escucharle y verle sentí que la Iglesia era verdadera como nunca antes lo había sentido, y fue tan grande ese sentimiento, que me transmitió este buen joven, que lo sé con absoluta seguridad que la Iglesia es verdadera y por ello ya soy miembro.

Obviamente, lo que siempre les decimos a los misioneros es que deben tener la compañía del Espíritu Santo, quien es el que en realidad convierte a las pesonas. En este caso es totalmente palpable que eso es lo que sucedió; este misionero lo que le faltaba como individuo, lo tenía precisamente por ser lo que era, y tener esa compañía con él.


Habemos muchas personas que sentimos la incapacidad de hacer algo, y entre los misioneros, algunos se comparan con otros que están dominando el idioma y el aprendizaje más rápido que ellos, y ha habido alguno que se regresó a casa porque insistió que era imposible para él el aprenderlo. No, no es así, todos podemos hacer lo que el Señor nos ha mandado, si simplemente confiamos en Él, y hacemos nuesro major esfuerzo.

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